En palabras de Alfonso Zurro:
“Desde el interés de Teatro Clásico de Sevilla por acercar el teatro clásico al mundo infantil surgieron charlas y reflexiones: Los problemas que tiene el teatro clásico para los niños. El teatro del Siglo de Oro y sus posibilidades de ser versionado. Las obras más significativas. Las experiencias en España y en el extranjero. Los casos que conocíamos. Lo que rastreamos por internet. Lo que leímos...
La dificultad estaba servida. Y el primer envite lo tenía que decidir, y era: ¿Adaptar un clásico o jugar con los clásicos? Entrar en una versión de alguna obra fundamental de nuestro canon teatral consistiría en desmontarla para dejar el esqueleto de un cuento. Quizá no más. Dependería de ese “cuento” la fuerza y posibilidades del espectáculo infantil, pero que probablemente quedaría desmejorado. Y que los niños no verían como lo que llamamos clásico.
Me decidí por ir hacia el juego, por juguetear directamente con el teatro y no ocultar qué es teatro antiguo, de capa y espada, de desmesuras, de canciones, de aventura... sobre todo de aventuras.
Así que me planteé cómo acercarnos desde el mundo de hoy, de un niño, al teatro de ayer. Busqué la aventura. El salto en el tiempo. El recurso, tantas veces utilizado en la literatura infantil, de cruzar o travesar al otro lado y que aparezca lo maravilloso y extraordinario.
Que el teatro para el niño-espectador sea primero un divertimento, o una especie de sueño donde puedan pasar las cosas más insospechadas y sorprendentes. Eso es el teatro. Pero que todo parta desde hoy, desde su ahora, desde sus juegos con tecnologías digitales, teléfonos móviles... y que de pronto desciendan sobre el teatro clásico. Teatro que se hace y ensaya antes sus ojos, como un juego más, una fiesta, un desmadre...
Y todo esto tomando como base teatral los Pasos de Lope de Rueda. Por su frescura, inmediatez de conflicto, posibilidades de juego escénico, y ser una de las joyas del teatro hispano.
También intento acercarme a esa interrelación generacional que muchas veces no se quiere ver, o negar. Por eso tracé en el abuelo el personaje que ayuda a descubrir, porque sabe cosas que los pequeños desconocen. Esos abuelos que no son mundos alejados e imposibles para los niños. Ellos te ayudan a mirar al pasado. Aunque a veces se les abandone como islas deshabitadas.
Todo debe reventar con la vitalidad y la aventura de la infancia, en un juego teatral donde la verdad, el teatro y el sueño se entrelacen dando las más variadas posibilidades. Quizá el primer acto de hacerse mayor es aceptar a los otros mayores. Saber que hay cosas que se pueden compartir, aprender... y entre ellas ¿por qué no el teatro?”
Alfonso Zurro
La obra, es una dramaturgia muy personal que Alfonso Zurro, gran conocedor de la farsa española, ha elaborado a partir de los Pasos de Lope de Rueda. Este espectáculonos sumerge en un viaje al mundo de la imaginación y de la fantasía, al más claro estilo de las obras emblemáticas de Lewis Carroll, como son “Alicia en el País de las Maravillas”, “Alicia a Través del Espejo” o “La Caza del Snark”.
Esta travesía nos llevará a introducirnos en el Teatro Clásico de Lope de Rueda, donde conoceremos a personajes extravagantes y fantásticos que nos descubrirán la magia del teatro, la sabiduría de la imaginación, y la libertad de expresión. Un mundo lleno de locura que nos enseñará las verdades de la vida y sus valores esenciales.
Nuestra protagonista, Julia, descubrirá a través de su abuelo, que otro mundo es posible además de las nuevas tecnologías, que con un poco de imaginación puedes tener todo lo que quieras y te hará libre creador.
El espectáculo quiere ser un lienzo lleno de color, energía y acción, y demostrar que un clásico puede ser un mundo de diversión inagotable. A través de los clásicos se pueden aprender multitud de cosas, y pueden ser la base de todos los juegos. Pretendemos que sea una diversión familiar, que los hijos participen del espectáculo junto a sus padres compartiendo juntos sentimientos paralelos y miradas de complicidad en el gran saco de sentimientos que genera, “La Magia del Teatro”.
Premios: Mejor Espectáculo Infantil y Mejor Música Original
Alicia Moruno: Julia
Gina Escánez: Madre, Aqueda
Sergio Domínguez: Padre, Tinaja, Salcedo, Cabeza, Chin
Joserra Muñoz: Abuelo, Matasiete
Jose Chaves: Cascarrón, Alameda, Toruvio
Jasio Velasco: Simplón
Producción: Juan Motilla y Noelia Diez
Dirección: Julio Fraga
Dramaturgia: Alfonso Zurro
Diseño escenografía: Curt Allen Wilmer
Diseño vestuario y atrezzo: Antonio Zannoni
Diseño Iluminación: Florencio Ortiz
Diseño de música: Jasio Velasco
Ayudante de dirección: Verónica Rodríguez
Fotografía y diseño gráfico: Luis Castilla
Realización de vestuario: Andrés González
Realización de escenografía: Pablo Gonzálbes
Técnicos: Tito Tenorio y Manuel Jiménez
Distribución y comunicación: Noelia Diez
Agradecimientos: A Teatro de La Jácara por su aportación con el vestuario original de Manolo Frido, a Macarena Márquez, a Pilar Pérez Calvete y a Daniel Carrasco